Telefónica implantó en España el SIM-lock, el bloqueo de terminales para evitar que puedan ser utilizados por otro operador si el cliente abandona la compañía, y hoy estudia la posibilidad de eliminarlo. Para la operadora, este sistema tuvo su protagonismo cuando fue necesario pero, en un momento en el que las subvenciones se han reducido drásticamente y se habla de un cambio en la relación con los clientes.
El guante lo arrojó el consejero delegado de Ericsson, José Antonio López, que en una brillante ponencia en el marco del XXVI Encuentro de las Telecomunicaciones de Santander pidió a los operadores eliminar un mecanismo que da alas al mecanismo de las subvenciones. En su opinión, los operadores subvencionarían menos terminales si estos fuesen libres. Habría que desvincular el contrato de los usuarios de los teléfonos que utilizan.
Por sorpresa, Luis Miguel Gilpérez, el presidente de Telefónica de España, recogió el guante y admitió que están estudiando entregar libres sus teléfonos. Es curioso que haya sido él el encargado de subrayarlo. Gilpérez fue uno de los padres de la telefonía móvil en España y estuvo implicado en la creación del SIM lock. Por eso resulta especialmente poético que, si se termina con esta figura, suceda durante su mandato.
No está claro que vaya a suceder, empero. Depende de los redaños, algo que nadie puede decir que le falte a Luis Miguel Gilpérez, que creó la subvención por captación y lleva los últimos años dedicado a eliminarla. "Alguien tiene que ser el primero. Lo estudiamos, pero hemos demostrado que no tenemos miedo. La Telefónica está en ebullición".
La duda es ¿si Telefónica se envalentona se atreverán el resto a seguirles? Vodafone no tiene muy buenas experiencias recientes en el campo de hacer lo más sensato.
Y una pregunta más ¿cómo afectará esto a la subindustria que se ha generado en torno a la liberación low-cost de los terminales?
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